Usamos cookies
Aceptar OK + Info
Volver   Inicio

Pizarro, Gonzalo

(por Mario López Martínez)

Nace en Trujillo (Cáceres) en 1511, aunque no hay acuerdo en las fechas y también se apuntan las de 1502 y 1513. Es hijo natural del hidalgo y capitán Don Gonzalo Pizarro, "el largo" o "el romano", hermano de padre de Francisco Pizarro, Hernando Pizarro y Juan Pizarro, Gonzalo fue el más joven. Marcha con sus hermanos muy joven a América, en la expedición que organiza Francisco Pizarro en 1530 después de regresar a España y firmar las capitulaciones para conquistar el imperio Inca, en ese momento Francisco pasa por Trujillo y se lleva a sus hermanos junto con otros paisanos.
En un principio, por su juventud, no tuvo grandes responsabilidades, pero participó en los principales hechos de la conquista, en la expedición a Cajamarca y la captura de Atahualpa. Preso éste, fueron enviados distintos capitanes a los principales santuarios, con salvoconductos de Atahualpa, con el fin de obtener el oro del rescate, Gonzalo fue con sus hermanos Hernando y Juan al templo de Pachacamac. Después participa en la conquista de la capital, Cuzco, y queda como lugarteniente de su hermano Hernando.
Juega un papel importante en la defensa de esa ciudad cuando es atacada y cercada por Manco Inca Yupanqui, líder inca que se había sublevado contra la autoridad de los españoles. La situación es muy grave hasta que llega Almagro, que volvía de una expedición fracasada a Chile, y consiguen levantar el asedio. Después asiste en Cuzco al enfrentamiento entre Almagro, que quería unir la ciudad a su gobernación, y Hernando, que quería mantenerla bajo la autoridad de Francisco Pizarro. Los enfrentamientos llegaron a un punto en el que Almagro asalta la casa de Hernando y apresa a este y a Gonzalo, a punto estuvieron de ser ahorcados, sólo la intervención de algunos hombres importantes como Diego de Alvarado (el tío de Pedro de Alvarado) consiguió evitar la ejecución. Enterado Francisco Pizarro de la situación, se dirige a Cuzco para negociar con Almagro, consigue liberarlos a cambio de ciertas concesiones, pero sin resolver el problema de fondo con Almagro, por lo que volverá a estallar. Será uno de los principales capitanes en la batalla de Las Salinas (1538) en la que derrotarán definitivamente a Almagro.
Ese mismo año, cuando Belalcázar se lanza a la conquista de Colombia, Francisco nombra a Gonzalo gobernador de Quito, lugar muy alejado de los centros de poder. El objetivo que le encarga era poner en marcha unas expediciones de exploración para descubrir el mítico País de la Canela, que se suponía que se encontraba en la región selvática de Puna. En 1540 prepara una ambiciosa expedición, con más de doscientos españoles y varios miles de indios, al interior de la selva, para la que cuenta con la participación de uno de los exploradores más avezados, Francisco de Orellana. Ambos grupos, el numeroso de Gonzalo Pizarro, que parte de Quito y el mucho más de pequeño de Orellana, que parte de Guayaquil, se unirán en Zumaque en las orillas del rio Napo. Desde aquí llegan al río Coca, afluente del Napo, pero la situación se hace casi insostenible ante la falta de víveres. La solución que les parece más adecuada es construir un bergantín en el que embarcan la impedimenta y a los hombres más debilitados, al mando de Orellana, mientras que Gonzalo Pizarro llevará por tierra el grueso del ejército. La idea era que Orellana buscara víveres y volviera a reunirse con Pizarro, pero la corriente les ha llevado aguas abajo alejándoles sin apenas encontrar provisiones, cuando Orellana decide regresar, los soldados creen que es imposible remontar el río y se lanzan a la búsqueda del Dorado, lo que les lleva a navegar el Amazonas por primera vez. Mientras, Pizarro, que le había estado esperando, decide que había sido traicionado por Orellana y emprende el camino de regreso a Quito, cosa que consigue aunque el grupo sufre muchas bajas.
Al llegar a Quito recibe la noticia del asesinato de su hermano Francisco Pizarro a manos de Almagro "el mozo", y la llegada de un delegado real, el oidor Vaca de Castro. Marcha a Lima donde se entera de que Vaca de Castro ha derrotado a los partidarios de Almagro "el mozo" en la batalla de Chupas y ejecutado, le ofrece su ayuda para acabar definitivamente con los restos de los rebeldes y colabora en la batalla de Huamanga (1542). A pesar de ello, Vaca de Castro no se fía de él, conocedor como era del profundo odio entre los dos bandos. El oidor quiere terminar con la inestabilidad del Perú y le pide a Gonzalo Pizarro que se retire a sus encomiendas de Chaqui, sin participar en la convulsa vida política de Perú. Gonzalo acepta y se dedica a explotar sus inmensas encomiendas.
Pero, en contra de lo previsto, sus intereses como encomendero se convertirán en la razón de su vuelta a las armas. En 1542 habían sido aprobadas por la corte las "Leyes Nuevas" en las que se suprimían las encomiendas de indios por considerarlas como un instrumento de explotación y maltrato a los indios. En el ánimo que llevó a la redacción de estas leyes habían influido las críticas a los encomenderos de clérigos como fray Bartolomé de Las Casas. Cuando llegan estas noticias a Perú, donde las grandes conquistas habían creado una casta de encomenderos poderosísimos, se produce una rebelión al frente de la cual se pone Gonzalo Pizarro. La corte nombra un nuevo virrey en Perú con el objeto de imponer las Leyes Nuevas, Vasco Núñez de Vela, lo que fue la mecha que encendió la rebelión.
Gonzalo Pizarro fue elegido procurador por el cabildo de Cuzco y exigió ante el nuevo virrey ser nombrado capitán general y justicia mayor de Cuzco (lo que le fue concedido). Escribe al emperador Carlos pidiéndole que destituya a Núñez de Vela y que suspenda la aplicación de las Leyes Nuevas. Aunque en esas cartas hace continuas protestas de fidelidad al rey, reúne un poderoso ejército. Mientras, los oidores, presionados por los partidarios de los encomenderos, destituyen a Núñez de Vela y, cuando Pizarro toma Lima, la Audiencia, en una reunión muy extraña, nombra gobernador a Gonzalo Pizarro (1544). El virrey logra escapar, y se consuma un auténtico golpe de estado. Cuando los intentos de mediar fracasan, estalla el enfrentamiento militar abierto y Gonzalo Pizarro derrota al virrey en la batalla de Añaquito en 1546, y le hace prisionero. Más tarde es ejecutado por un capitán de Pizarro, Benito Juárez de Carvajal, aunque no está muy claro si actuó por órdenes de Pizarro o por iniciativa propia. Poco después ejecuta al hermano del virrey Vela Núñez.
El Consejo de Indias se entera de lo sucedido y recibe a delegados de las dos partes: Francisco Maldonado "el rico" representando a Pizarro y Diego Alvarez Cueto, enviado por el virrey. El Consejo condena la actuación de Diego Pizarro y decide nombrar a una persona con la suficiente decisión como para someter a los sublevados, éste será Don Pedro de La Gasca, clerigo con experiencia en los consejos y con una brillante carrera jurídica. Como clérigo y persona de gran integridad, no quiso asumir el título de Virrey y se hizo llamar “Presidente”, como si simplemente estuviera al cargo de una audiencia itinerante.
El bando pizarrista se dividió entre los más radicales que le pedían a Gonzalo que se declarase heredero de los derechos de su hermano Francisco Pizarro y se convirtiera en rey de Perú, y los que eran partidarios de negociar con La Gasca la abolición de las Leyes Nuevas y solucionar el problema de forma pacífica. Ante la traición de uno de sus capitanes, Diego Centeno, que se pasó al bando realista, Gonzalo Pizarro les ataca y derrota en la batalla de Huarina en 1547. Con el aval de esta victoria, entra en Lima, con toda la pompa de un rey, acompañado de los obispos de Cuzco, Lima, Quito y Santa Fe, y asume la gobernación de Perú. También es cierto que rechaza coronarse rey de Perú como le piden algunos encomenderos. Estos hechos nos indica la actitud orgullosa y prepotente de algunos pizarristas, lo que se tradujo en que multitud de tropelías y abusos.
La Gasca había decidido prudentemente ir primero a Panamá para hacerse cargo de la situación. Pizarro envía a algunos delegados para negociar con él. La Gasca actuó con inteligencia ofreciendo a los pizarristas el perdón real si cambiaban de bando. Los primeros que se suman a las fuerzas de La Gasca son los enviados pizarristas a Panamá, pero cuando llega a Perú y se conoce su oferta, muchos más se pasan a su bando, Así prepara la batalla definitiva que tiene lugar el nueve de abril de 1548 en Jaquijahuana, cerca de Cuzco, en la que Gonzalo Pizarro es derrotado y ejecutado al día siguiente. Su cabeza fue cortada y expuesta en una jaula en Lima. Así se pone fin al más serio intento de sustraerse al poder real de todo el proceso de conquista de América. A pesar de su traición al poder del rey, sus cualidades militares fueron reconocidas, como se ve en este texto del primer gran escritor americano, el Inca Garcilaso de la Vega: "Fue Gonzalo Pizarro gentilhombre de cuerpo, de muy buen rostro, de próspera salud, gran sufridor de trabajos [...]. Lindo hombre de a caballo en ambas sillas, diestro arcabucero y ballestero [...]. Fue la mejor lanza que ha pasado al Nuevo Mundo, según conclusión de todos los que hablaba de los hombres famosos que a él han ido."


Volver   Inicio




[ Contacto ]

[ Términos de uso ]

[ Agradecimientos ]


Ruta Conquistadores en facebook follow us instagram follow us youtube follow us twitter follow us ivoox follow us spotify

© rutaconquistadores.com 2021 - 2025

Ayuntamiento de Badajoz Ayuntamiento de Llerena Ayuntamiento de Medellin Ayuntamiento de Santa Cruz de la Sierra

Es un producto de www.guiaventuras.com