Almesto, Pedrarias
(por Mario López Martínez)
Nace en Zafra (Badajoz) en fecha desconocida, en una familia con buenas relaciones pero empobrecida. Por su obra literaria, debemos deducir que tenía cierta formación cultural. Fue paje de Pablo Meneses cuando se enfrentó a la sublevación de Girón en Perú, donde estuvo hasta 1558. En 1559 acompaña a Pedro de Ursúa, con quien había establecido una relación de amistad, en la expedición por el rio Marañón que tenía como fin encontrar el mítico El Dorado, Cuando en esta expedición se produce la traición de Lope de Aguirre, Almesto, en principio huye, pues por su amistad con Ursúa no se sentía seguro, pero, después, cuando recibe garantías de no ser ejecutado, se une a los Nuevos líderes. La alianza dura hasta su llegada a Barquisemeto. Aquí, los soldados realistas acorralan a Lope de Aguirre que es abandonado por la mayoría de sus capitanes hartos y temerosos de brutal comportamiento. Pedrarias Almesto también le abandona y se une a los sublevados que acabarían por matar a Aguirre el veintisiete de octubre de 1561.
Se refugia en Nueva Granada, pero es requerido para declarar en el juicio contra los hombres de Lope de Aguirre en 1562. Fue absuelto, solicita volver a España y se le concede el permiso, aunque parece que no regresó. Murió de forma violenta.
Pero lo más interesante de su aportación es que nos deja dos narraciones de esta aventura (una de las que ha inspirado más interpretaciones litera- rias y cinematográficas, quizá por la personalidad de Lope de Aguirre, cruel, ambiciosa y obsesiva, y por la intensidad de las pasiones que desató, recordemos las obras literarias de Valle Inclán, Ramón J. Sender o Abel Posse, y las películas de Herzog y Saura). La primera, más breve y espontánea: “Relación de que ocurrió en la jornada que le fue encargada al gobernador Pedro de Orsúa que se decía El Dorado”. La segunda es más amplia y la escribe cuando conoce la relación de Francisco Vázquez, tiene un título similar, pero más largo: “Relación verdadera de todo lo que sucedió en la jornada de Omagua y Dorado que el gobernador Pedro de Orsúa fue a descubrir [...] asimismo del alzamiento de D. Fernando de Guzmán y Lope de Aguirre y las crueldades de estos perversos tiramos”. Esta segunda la escribe con el fin de justificar su actuación en el proceso contra los sublevados, del que es absuelto y se instala en Santa Fe. Muere asesinado en 1572 cerca de Asunción, Paraguay (Nueva Granada), por un grupo en el que se encontraba su yerno Pedro Martín de la Villeta.