Garcilaso de la Vega, Sebastián
(por Mario López Martínez)
Nació en Badajoz hacia 1500, hijo de un segundón de una familia hidalga emparentada con los Duques de Feria: D. Alonso de Hinestrosa de Vargas, señor de Valdesevilla y Doña Blanca de Sotomayor y Figueroa. Muere en Cuzco (Perú) en 1571.
Como otros segundones sin medios se lanza a la aventura americana. Embarcó, junto con su hermano Juan de Vargas, hacia el
Perú con Pedro de Alvarado, cuando éste vuelve a las Indias tras ser nombrado gobernador y capitán general de Guatemala.
Posteriormente, en 1531, se enrola en la
expedición de Pedro Alvarado a Guatemala.
También participa en la expedición que Alvarado organiza hacia
El Perú en 1534, pero se quedó con Pizarro, como casi toda la expedición después del acuerdo con Alvarado. En Perú participa en la conquista de Buenaventura, y acude en
socorro de la Ciudad de los Reyes de Lima en la que Pizarro estaba sitiado por los indios en 1536.
Más tarde también tuvo que acudir a
Cuzco, ciudad en la que Hernando Pizarro estaba asediado por el Inca Manco Cápac. Evidentemente se ganó con estas acciones la consideración de los Pizarro y recibió una enorme encomienda en Tapacarí (Cochabamba).
Se estableció en Cuzco y allí fue
amante de la princesa inca Isabel Chimpú-Ocllo, con quien tuvo varios hijos, entre ellos el gran escritor
Inca Garcilaso de la Vega, nacido en 1539, entre cuyas obras destaca «Comentarios Reales», sobre las guerras del Perú, publicada en 1614.
Inca Garcilaso de la Vega (centro), junto a Shakespeare (izquierda) y Cervantes (derecha). El 23 de abril se 1616 fallecieron estos tres destacados escritores, motivo por el cual celebramos el Día del Libro el 23 de abril.
Durante las contiendas civiles del Perú, estuvo primero en el bando sublevado al lado de los Pizarro contra Almagro, aunque después se pasó, como tantos otros, al bando realista. Ayudó en Charcas a Gonzalo Pizarro y después de una época de indecisión, la llegada de La Gasca le hizo inclinarse definitivamente por el bando realista. Por estos cambios de bando se ganó el apodo de
«leal por tres horas».
En la revuelta de Francisco Hernández Girón, último intento de los encomenderos de sublevarse contra las leyes que les perjudicaban, ayudó a sofocar la rebelión. Fue recompensado con propiedades y con el cargo de
corregidor de Cuzco de 1554 a 1556.
Después de un fugaz regreso a España, murió en 1559.