(por Manuel Fuentes Márquez, historiador americanista)
█ Orígenes
Hijo Gómez de Alvarado, comendador de Lobón y Leonor de Contreras, nieta de los señores de Grimaldo, Pedro de Alvarado nació en Badajoz (1485), a orillas del Guadiana, en el seno de una familia realmente bien avenida por su ancestral condición de servicio real desde el ascenso de la casa Trastámara. Aquel ambiente determinó buena parte de la educación de Pedro y la del resto de sus 8 hermanos.
Estatua de Pedro de Alvarado (Badajoz).
█ Viaje a América
En 1510, cuando el pacense contaba con 20 años, tomó la determinación de partir a Indias junto a Diego Colón, quien recientemente había recuperado los derechos de su gobernación en La Española. Allí vivía su tío Diego de Alvarado, quien tenía una hacienda decente y ostentaba el rango de regidor del Ayuntamiento de Santo Domingo. Junto a Pedro viajaron 4 de sus hermanos y todos fueron a lo mismo, a conseguir los elementos señoriales que la Península había coartado con el fin de la Reconquista: «tierras y vasallos».
█ En Cuba nace el conquistador
En 1511 el Adelantado de Cuba Diego Velázquez de Cuéllar se lanzó a la conquista de la isla más grande del Caribe, la actual Cuba. Una oportunidad única que no dudaron en aprovechar pobladores sin fortuna como Pedro y el mismísimo Hernán Cortés, a quien conocería de primera mano en esta empresa, donde el de Badajoz se destacó sobradamente por su arrojo y valentía. Ya daba muestras de aquel carácter indomable y despiadado que le valdría el recuerdo por los siglos.
Su actuación le significó la concesión de su primera encomienda por parte de Diego Velázquez. Pero aquello no era suficiente para un hombre como Pedro, criado entre grandes linajes y apellidos. Aspiraba a más. Por ello, en 1518 se embarcó en la expedición de Juan de Grijalva que tenía por objetivo explorar el litoral oriental del continente (Cozumel, Yucatán y el golfo de México), topándose por sorpresa, a la altura de Papaloapan, con la primera noticia de la existencia de una civilización de grandes dimensiones: la azteca.
█ Mano derecha de Cortés en la conquista de México
Las nuevas de una poderosa civilización despertaron la curiosidad y las ansias de Diego Velázquez, que convenció a Hernán Cortés -a esas alturas el hombre más rico de Cuba- para sufragar a medias una nueva expedición (en este caso de exploración y conquista) a la tierra de los mexicas. El de Medellín se puso manos a la obra y requirió de la ayuda de hombres curtidos y de valía que habían participado en la conquista antillana y en la exploración de aquellas tierras. Contábanse entre estos: Bernal Díaz del Castillo, Alonso Dávila y el propio Pedro de Alvarado (además de sus hermanos).
Partieron el 18 de febrero de 1519 con una hueste de unos 500 hombres y 16 caballos. Dado su arrojo y experiencia, Cortés demostró una tremenda confianza en Alvarado, aunque también hubo de andarse con ojo y poner coto a algunos de sus desmanes. En la refriega Alvarado no tenía objeción, así lo demostró en Centla, la primera batalla seria entre españoles e indios (mayas) en el nuevo continente y en tantos otros entuertos que hubo de resolver la expedición arriesgando el pellejo. Como hombre leal, tampoco nada se le pudo reprochar, pues estuvo junto a Cortés en los momentos más complicados y no dudó en apoyarlo cuando éste tomó la determinación de romper con Velázquez y tomar por cuenta propia la expedición con la fundación de la Villa Rica de Vera Cruz.
Retrato de Pedro Alvarado (Archivo General de Indias de Sevilla).
█ Doña Luisa, su princesa tlaxcalteca
A medida que los españoles avanzaban en territorio mexica y conseguían la alianza de los pueblos sometidos por los aztecas, también trataban de ganarse el favor de estos últimos, jugando así con una doble baza. Sin embargo, a su entrada en Tlaxcala, nación enemiga de los aztecas, los guerreros nativos presentaron una hostilidad nunca antes vista por los españoles. Estos les hicieron frente como pudieron y terminaron sellando una alianza providencial sin la que la conquista de la Confederación (o imperio) mexica no hubiera sido posible.
Como gesto, Xicohténcatl Hue-hue (el viejo), jefe de mayor jerarquía, ofreció a su hija Tecuelhuetzin por esposa a Cortés, pero éste, ya casado y con Marina por amante, declinó y propuso a Alvarado. El matrimonio se celebró por el rito indio y la princesa bautizada con el nombre de Luisa se convertiría en la madre de los únicos hijos (ninguna de sus otras mujeres le daría descendencia) del Tonatiuh, que así lo llamaban ya los indios, asociándolo con la deidad del sol por su tez pálida y cabello entre rubio y pelirrojo.
█ La Conquista de México-Tenochtitlan
Fue Alvarado el primer hombre del Viejo Mundo que divisó por primera vez la capital azteca: Tenochtitlan. Cortés le encargó ir en cabeza para reconocer el terreno. El 8 de noviembre la hueste entraba en la ciudad del lago Texcoco y era recibida por Moctezuma, el tlatoani (emperador) mexica. Apenas unos meses después, los españoles lo apresaban en su palacio y se disponían a hacerse con el imperio. Pero cuando todo iba viento en popa, Cortés recibió noticias de la llegada de Pánfilo de Narváez, enviado por Velázquez para recuperar la expedición. Hernán partió para atajar el problema, dejando a Alvarado al cargo de la ciudad.
Sin embargo, mientras Cortés solucionaba el problema, Pedro provocaba otro. El 23 de mayo de 1520 los nobles aztecas celebraron las fiestas del Toxcatl. La confusión del momento y la difícil posición de Pedro, le empujaron a acometer una de las acciones más controvertidas y crueles de la conquista, arremetiendo contra la flor y nata de la sociedad mexica en la conocida «Matanza del Templo Mayor», desencadenando una rebelión indígena que desembocaría, un mes después, en la «Noche Triste», donde casi se pone fin a la aventura española. Aquí, Pedro trató de enmendar el error colocándose en la retaguardia, junto a un grupo de tlaxcaltecas, cubriendo la retirada del resto de sus compañeros y pudiendo salvar milagrosamente la vida con un salto legendario que algunos cronistas pusieron en duda, porque «en aquel tiempo ningún soldado se paró a verlo, si saltaba poco o mucho, que harto [tenían] en mirar y salvar [sus] vidas» (Bernal Díaz del Castillo).
Matanza del Templo Mayor (códice Durán II).
«Solo e mal herido… pasé el dicho paso por una viga… pues fue milagro poderme escapar» (Interrogatorio del Juicio de Residencia a Pedro de Alvarado).
Heridos y malparados, los españoles decidieron recuperarse en Tlaxcala, desde donde se lanzarían a la conquista definitiva de Tenochtitlan, luchando calle a calle y casa por casa. Finalmente, el 13 de agosto, tras una agotadora campaña, conseguían hacerse con la ciudad. Comenzaba un nuevo periodo de la historia: el de la Nueva España.
█ El conquistador de Guatemala
Para alejar posibles conflictos y dar nuevas oportunidades de enriquecimiento, en 1524 Cortés envió a Pedro de Alvarado a pacificar la zona de Tehuantepec, al sur. Allí, el pacense se topó con una civilización maya en decadencia, pero con ciudades-estado aún fuertes e independientes que le plantaron cara, dejándole una seña de por vida: «me dieron un flechazo que me pasaron la pierna, de la cual… me quedó una… más corta que la otra cuatro dedos». Aún así, no desfalleció. Acompañado de sus hermanos, fundó Santiago de los Caballeros, primera capital de Guatemala y un año después San Salvador (actual capital de El Salvador).
Santiago de los Caballeros (Antigua Guatemala).
En 1527, Pedro se embarcó a España para obtener las mercedes reales en recompensa por sus servicios y poder ostentar su propia gobernación. Su fama y amistad con Francisco Pérez de los Cobos (secretario real), le permitieron ser recibido por Carlos I, quien lo libró de toda acusación y lo nombró Adelantado, Capitán General y Gobernador de Guatemala. Fue aquí cuando se le hizo obsequio del hábito de Santiago y de su primera esposa formal Francisca de las Cuevas, sobrina del duque de Alburquerque, anulando su unión con Luisa Xicohténcatl.
█ Alvarado el mal afortunado
Pero a su vuelta 1529, el nuevo gobernador de Nueva España Nuño de Guzmán, empeñado en apartar a los antiguos conquistadores por los peores medios, le prohibió llegar hasta Guatemala, muriendo entretanto su esposa Francisca. Hernán Cortés hubo de interceder para posibilitar el paso de su antiguo amigo.
Alvarado se encontró con una Guatemala en desorden. Para encauzar las desavenencias y elevar los ánimos, alentado por las noticias de Francisco Pizarro y el Imperio Inca, preparó una expedición a la parte que él creía le correspondía (Ecuador), en la que gastó buena parte de su hacienda (más de 100.000 pesos de oro). Sin embargo, la empresa acabó en desastre. Tras agotadoras jornadas cruzando los Andes, Diego de Almagro, socio de Pizarro, le cortó el paso y le obligó a malvender su hueste.
█ La expedición que nunca pudo ser
Mal recibido a su regreso a Guatemala, y con el único éxito de la anexión de Honduras, Alvarado volvió nuevamente a España en 1536 para solicitar, una vez más, la gracia del rey, que en esta ocasión le concederá permiso para buscar una nueva ruta hacia la Especiería. En 1539 regresará a América (ahora casado con la hermana de su difunta esposa) dispuesto a gastar más de 200.000 pesos de oro en una empresa tan arriesgada como lucrativa para la que había traído consigo a un curtido marino llamado Andrés de Urdaneta.
Enterado de la expedición y de la formidable hueste que había preparado el extremeño (700 hombres más aliados indígenas), Antonio de Mendoza, primer virrey de la Nueva España, convenció a Alvarado para sufragar la armada a medias y le pidió ayuda para sofocar la revuelta de los belicosos indios de Jalisco. Ni corto ni perezoso, Alvarado decidió partir a pacificar la región. Pero el infortunio, volvió a cernirse sobre el de Badajoz.
█ Un final fatal
Temerario y arrojado como siempre, algunas crónicas comentan que no aguardó el momento propicio para la mejora del terreno y un despiste le llevó a ser arrollado por su caballo, de lo cual moriría días después, el 4 de julio de 1541 a los 56 años en la ciudad de Guadalajara. Cristóbal de Oñate contaba que, en su lecho de muerte, el más fiero de los conquistadores extremeños, arrepentido por sus más duras acciones, dijo: «Ya es hecho. Qué remedio hay. Curar el alma es lo que conviene».
Sepultura de Pedro Alvarado (catedral de San José en Antigua Guatemala).
█ Historia viva
D. Dairen Castro, descendiente de D. Pedro de Alvarado, recomienda la «Ruta de los Conquistadores».
█ Para saber más
«Pedro de Alvarado, capitán de Hernán Cortés. Aproximaciones y diferencias». García Añoveros, Jesús Mª. Quinto Centenario, 9 (1985). Universidad Complutense de Madrid.
«Don Pedro de Alvarado: las fuentes históricas, documentación, crónicas y bibliografía existente». García Añoveros, Jesús Mª . Mesoamérica 13 (1987).
«Cartas de Pedro de Alvarado». Archivo General de Indias.
«Historia Verdadera de la Conquista de Nueva España». Díaz del Castillo, Bernal. Porrúa (1984).