Convento de los Agustinos
Fue levantado bajo la advocación de San Joaquín. En este lugar había un pozo de aguas milagrosas que curaban distintas dolencias, por lo que acudían aquí peregrinos de los reinos de España y Portugal. En el año 1629 los agustinos construyeron una iglesia y convento para atender a estos peregrinos, y dotaron al pozo de un brocal bellamente decorado. Pronto comenzó una disputa entre los habitantes de Santa Cruz y los frailes por la propiedad y reparto de estas aguas. De nada sirvieron las quejas y juicios ante la Iglesia y el Rey, así que el convento y sus aguas no volvieron a manos del pueblo hasta 1835 con la desamortización de Mendizábal. Inmediatamente los vecinos arrasaron y destruyeron el convento para evitar que los frailes volvieran en el futuro.